A correr como conejo

Un año recorrido es un año ganado, uno perdido, uno deseado, detestado, para el olvido o para recordarlo siempre, porque la vida es así hermosa y caótica, qué más podemos decir. Vinimos al mundo a cumplir una misión y si todavía no la tienes clara, no importa, más de 50 millones de espermatozoides saben que así fue, que eres por naturaleza un ganador.

En mi poca sabiduría de la vida y sus vueltas, estas 365 pasadas han dejado grandes historias, momentos preciosos y muchas oportunidades, debo ser sincero, todos esos momentos pequeños, cotidianos, públicos o íntimos, ha hecho de el 2022 un año generoso. No pienso contar las cosas negativas, ya aprendí de ellas lo que tenía que aprender, recuerden “la caca es abono”.

!Entonces a correr como un conejo!, pero no detrás de una zanahoria, que sea en la búsqueda de tu propio autoconocimiento, de la misión que has elegido, con gracia, agilidad, bondad y prosperidad. Tic Toc Tic Toc, el reloj no se detiene.

Queridos buyu si están leyendo estas palabras, espero que este año entrenemos con entusiasmo, mientras haya aliento habrá Keiko, no importa si somos muchos o pocos. Espero verlos con su Keiko Gi y las ganas de seguir en este camino, un camino que sigo agradecido de haber encontrado, un camino que ilumina mi corazón. Agradezco a mi maestro Christian Petroccello por la paciencia y la dedicación que le pone a su propio camino, que es un ejemplo a seguir. Y al Soke por este regalo de vida.

Ganbatte kudasai, Buyu los veo en el Tatami.