Un paraíso lleno de changos

Vivimos en una época de aparente paz, al menos si nos comparamos con el Medioevo o con la realidad de algunos países, incluso ciudades del nuestro propio. Pero podemos decir que esa "paz" está estrictamente relacionada con nuestro entorno inmediato: nuestra calidad de vida personal, laboral, económica, nuestra salud, nuestros deseos y metas.

Nuestra percepción del mundo es una pequeña foto tomada con nuestro limitado lente mental, y esta forma de mirar el mundo nos da una perspectiva y una respuesta frente a él. Pero, ¿qué pasa si el día de mañana decidimos mirar más allá, ampliar el espectro de nuestra cotidianidad y, con esto, tratar de entender otras realidades?

Veremos que esa aparente "paz" no es tan real y muchas veces puede ser una ilusión, y nos daremos cuenta de que todavía vivimos en un paraíso lleno de "changos".

En el Dojo entrenamos con cierto grado de seguridad; incluso algunas veces que hemos tenido algún accidente, hemos podido solventarlo de buena manera. Pero no todos viven así. ¿Qué pasa con toda esa violencia que no nos afecta directamente, pero que sucede en otros ámbitos de nuestra propia sociedad?

¿Cómo podemos decirle a alguien que vive en una zona de riesgo, con una calidad de vida inferior y en condiciones deplorables, que no pasa nada, que todo está bien?

Nuestra contribución como budokas debe ser formarnos y formar personas más empáticas, con una visión más amplia, y de esa manera aportar desde nuestra formación y a la formación de otros positivamente, no digo que vayas a la guerra o te expongas a esa violencia. Lo que digo es que debemos tomar conciencia de que es real y está entre nosotros.

Que no lo veamos no significa que no exista. Estar preparado lo mejor posible, de manera física y emocional, No sirve de mucho si tu empatía hacia otras realidades y perspectivas está empañada por tu reducto y tu zona de confort.

Hay una frase que dice: "Es mejor ser un guerrero en un jardín que un jardinero en la guerra". Y creo que hace referencia justamente a estar preparado y tener mucho conocimiento de muchas cosas; de esa manera, tu criterio estará menos sesgado.

Concluyo pensando que puedo ser mejor cada día si amplio mi perspectiva y a través de esta comprendo mejor el mundo en el que vivimos. Al final, el shinobi (忍び), persona sigilosa, trabajaba en el arte de recolectar información y ampliar su perspectiva del mundo.